domingo, 29 de mayo de 2011

Eres una estrella

Lo que Tu Sabes,
Lo que Tu Enseñas,
Lo que Tu Practicas,
Esto determina lo que Tu eres!.
Pedro Nel López

Eres una estrella

Erase una un escritor que vivía en una playa tranquila, junto a un poblado de pescadores.
Todas las mañanas, temprano, paseaba por la playa para inspirarse y en la tarde se quedaba en casa para escribir.

Un día, caminando por la orilla de la playa, vio una figura que parecía danzar. Al aproximarse, observo a un joven agarrando estrellas de mar en la arena y, una a una, las arrojaba de vuelta al océano.

- ¿Por qué estás haciendo esto? – pregunto el escritor un poco sorprendido.
- ¿No lo ves? – dijo el joven – La marea esta baja y el sol esta brillando, si las dejo en la arena, se secarán al sol y morirán.
- Jovencito, existen miles de kilómetros de playas en este mundo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo de ellas. ¿Qué diferencia hace lo que haces? Tú devuelves algunas al mar, pero la mayoría morirán de todas maneras.

El joven, un poco sorprendido, tomó una estrella más de la arena y la arrojó de vuelta al mar. Miro amorosamente al escritor y expreso:

- Pará esa, que acaba de regresar a su hogar, yo hice la diferencia.

Aquella tarde el escritor no logro escribir y en la noche tampoco pudo dormir.

Por la mañana fue a la playa, y junto al joven comenzaron a devolver estrellas de mar.


Posiblemente no puedas cambiar el mundo, pero si puedes cambiar tú mundo. Anímate a compartir tu testimonio con tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tu jefe, tu empleado, en fin, para alguien puedes ser la diferencia.

Puedes tener la seguridad que al hacerlo, el resultado te sorprenderá. Tal vez para unos sea tarde, para otros un intento fallido, pero seguro para alguien serás el salvador de estrellas de mar.

Una vez que compartes con otros, animas a que ellos también compartan el beneficio recibido, comenzaras una cadena interminable de bondad, esperanza y amor. Recuerda, para alguien serás la persona que transformo su mundo.

domingo, 22 de mayo de 2011

Cosechas lo que siembras

Un hombre tenía un inmenso jardín con las flores más bellas, fragantes y coloridas que había en la región. Año tras año participaba y ganaba el concurso que premiaba las flores de más alta calidad. Por su espíritu y dedicación, este hombre era el ejemplo para todos en la región.

Luego del último concurso, fue entrevistado por un periodista quien, curioso, quiso conocer el secreto del éxito del jardinero, quien contesto:

- La calidad de mi jardín se la debo a que en cada cosecha, reservo las mejores semillas y las comparto con mis vecinos para que también las siembren.
- ¿Cómo dice? – exclamo el periodista asombrado – ¡eso es una locura! ¿Para que compartir su mejor semilla con sus vecinos? ¿Acaso no teme usted que sus vecinos ganen el concurso, o se hagan más famosos que usted y le quiten el prestigio que ha ganado a lo largo de tantos años?
- Permítame explicarle –dijo el jardinero con palabras de amor – el viento lleva el polen de las flores de un jardín para otro. Si mis vecinos siembran una semilla de menor calidad, la polinización cruzada dañaría lentamente la calidad de mi jardín. Si mi propósito es cultivar las mejores y más bellas flores, debo ayudar a que mis vecinos también lo hagan, de esta forma todos nos beneficiamos y nuestros jardines subirán de calidad en cada temporada.

Pensativo, el periodista reflexiono en su intimidad, meditaba a cerca de la lección recibida, pues esta había penetrado hasta lo más profundo de su corazón. Se preguntaba incansablemente como podía contribuir a esparcir la semilla del amor que había sido sembrada en su corazón.

Cuando leí esta historia me di cuenta que todas las situaciones de nuestra vida se parecen a un jardín. Seguramente tenemos situaciones de vida que consideramos como flores de alta calidad, otras sean flores algo marchitas por el sol, tal vez algunas estén clavadas en el corazón tan profundamente que sea doloroso sacarlas.

Hoy quiero animarte a que hagas un inventario de tus mejores semillas y comiences a compartirlas con tus vecinos, poco a poco tu vida se ira transformando y cuando menos te lo imagines únicamente tendrás semillas de alta calidad a tu alrededor y el jardín de tus vecinos será tan colorido como el tuyo y el de tu familia.

Quieres prosperidad, siembra prosperidad entre tus vecinos. La prosperidad integral te permite mantener la sonrisa del alma. Quieres vivir de acuerdo los principios eternos, ayuda a que tus vecinos conozcan y practiquen estos principios. Quieres buscar la felicidad, ayuda a que otros encuentren su propio camino, pues el bienestar de cada uno esta unido al bienestar de todos porque somos uno solo cuerpo, pues más bienaventurado es dar que recibir.

Te invito a que comiences a compartir tus mejores semillas de valores, principios y cualidades. Al final la cosecha esta garantizada y consiste en la construcción de una mejor sociedad donde prime el amor por el prójimo. Ten presente siempre que cosechas lo que siembras.

Aporte: Una Vida Maravillosa
www.unavidamaravillosa.com

domingo, 1 de mayo de 2011

"El pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, El optimista ve la oportunidad en cada dificultad" Winston Churchill

Nunca digas Nunca



¿Alguna vez has enfrentado una situación donde dices: "No hay manera alguna de que eso sea posible"? Tal vez una o más de estas ideas hayan agobiado tu pensar como: No es posible que pueda resistir la presión del trabajo. No es posible que pueda pagar mis cuentas al final de mes. No es posible que pueda salvar mi matrimonio.
Tal vez alguna de estas ideas: No es posible que mis hijos crezcan y se conviertan en adultos responsables. No es posible que pueda abrir mi propio negocio. No es posible que pueda regresar a la universidad a estudiar. O quizás estas: No es posible que pueda perder el peso que necesito. No es posible que pueda tener hijos. No es posible tantas cosas… Déjame decirte que: Siempre, siempre hay una manera.

Puede ser que no sea fácil, que no sea conveniente, que no sea rápido, que requiera un esfuerzo adicional; pero si decides continuar y no rendirte, encontrarás una manera de lograrlo.
En vez de sólo pensar en las dificultades, enfócate en el hecho que siempre hay nuevas posibilidades por descubrir. Estoy seguro que comenzaran a generarse ideas que nunca se te ocurrirían. Aparecerán maneras de realizar cosas que nunca pensaste poder hacer y los caminos se abrirán. A menudo, nos damos por vencidos fácilmente y decimos: "Es muy duro" o "Esto se está tardando demasiado" o “Estoy cansado de intentarlo”.

Necesitas dejar de mirar las situaciones en tu vida y pensar: Realmente, no puedo lidiar con esto; es demasiado para mí. Ya he tratado muchas veces. Tengo que aceptar que no hay manera alguna de que eso pudiera suceder jamás.

En cambio, necesitas comenzar a decir: No me importa si parece haber una manera posible o no. Siempre hay un camino y encontraré la manera, se abrirá el camino que me llevara a obtener la promesa divina para mi vida.
Quiero que hoy y para siempre te prometas que “Nunca más dirás: No hay manera que sea posible". Aun cuando parezca no haber posibilidad, con Dios, siempre hay una manera posible. Toda la creatividad del mundo reside en Él, y tienes acceso. Pídelo con fe, sin dudar nada para que no seas como la ola del mar que va y viene y Nunca digas Nunca

martes, 19 de abril de 2011

Esto Tambien Pasara

"Siempre hay alguien que está en una situación más difícil que la tuya, y siempre tu podrás estar en una situación mejor que la que tienes ahora".

Esto También Pasara…

Una antigua leyenda cuenta que un famoso rey decidió reunir a sus principales sabios y eruditos en un conclave para solicitarles un favor.
- Acabo de traer un gran anillo de mi última conquista –dijo el monarca- es muy valioso y además me da la posibilidad de guardar algo en su interior. Necesito que ustedes, al final del día, me escriban una frase lo más sabio que ningún mortal haya escuchado jamás. Una frase de sabiduría invaluable. La guardare en el amillo y si algún dia me encuentro en medio de una crisis muy profunda, la leere y esta frase me ayudara en el peor momento de mi vida.

Los sabios pasaron el resto del día debatiendo cual seria esa frase que resumiría toda la sabiduría que ningún humano había oído jamás. Cuando cayó la noche, uno de ellos, en representación de los demás, se acerco al rey con la frase escrita en un pequeño papel y se la entrego. El monarca guardo el papel en su anillo y se olvido del tema.

Al poco tiempo, el reino era saqueado por los enemigos y el palacio reducido a escombros. El rey escapo entre las sombras y se oculto entre unas rocas, en las afueras de su devastada corte. Allí, observando un precipicio, considero la posibilidad de quitarse la vida, antes de caer en manos enemigas. Fue cuando recordó que aún conservaba el anillo, decidió abrirlo, desenrosco el diminuto papel y leyó: “Esto también pasara”. El rey sonrió en silencio, y cobro ánimo para ocultarse en una cueva, en medio de la oscuridad, hasta que ya no corriera peligro.

La leyenda cuenta que varios años después, el rey había recuperado todo su esplendor, a fuerza de nuevas batallas y conquistas. El trago amargo había quedado atrás, y ahora regresaba triunfante de la guerra, en medio de aplausos de una multitud que lo ovacionaba. Uno de los antiguos sabios que caminaba al lado del carruaje real, ya anciano, le susurro al rey:
- Su majestad, creo que hoy también debería volver a mirar el interior de su anillo.
- Ahora? Para que habría de hacerlo? –Dijo el rey – Es el momento más exitoso que he tenido
El anciano replico - Es que esa frase fue escrita para todos los momentos, aun este.

El rey, en medio de los aplausos, abrió el anillo y volvió a leer: “Esto también pasara”, y descubrió en ese mismo instante, que sentía la misma paz que tuvo cuando estaba a punto de quitarse la vida. El mismo sosiego, la misma mesura lo invadió por completo. Aquel día descubrió que la frase que los sabios le habían entregado era para leerla en las derrotas y por sobre todo, en los tiempos de victoria.

Asi pues, aprovecha cada momento que Dios Todopoderoso te regala, disfruta el presente y despreocúpate del futuro que todo saldrá bien, pues todas las cosas que suceden siempre ayudan para bien.

Si miras hacia atrás, te darás cuenta que son muchos los momentos alegres por los que has pasado, tal vez algunos menos alegres, y todos pasaron, dejándote aprendizajes o recuerdos, y todos pasaron

Disfruta el presente que estás viviendo, dignifica a tu esposa(o), ella(el) será tu compañía para el resto de tu vida, gózate a tus hijos, “el amor para los hijos se deletrea T I E M P O”, deja de pensar que harás en dos años, o en las próximas vacaciones, o cuando viaje a aquel país, o cuando me gane la beca que tanto has luchado. Deja de buscar la felicidad en los viernes o sábados en la noche. "La felicidad no es una estación a la que se llega, es una forma de viajar", es un camino que vamos recorriendo a cada momento, en cada día, hoy.

En lo personal cada mañana, al abrir mi ojos, le doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado, por la mujer que me dio como compañera de viaje, por mis hijos, por mi familia, por los regalos que a lo largo de mi vida me ha dado, he intento recordar que “Esto también pasara”.

domingo, 3 de abril de 2011

Una Persona Humilde

El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar. Winston Churchil

Una persona humilde

Harland Sanders, de Kentucky, Estados Unidos, tomó un nuevo desafío para su vida cuando cumplió 65 años. Un cheque de 105 dólares y un auto antiguo eran todo lo que poseía. La única comida que sabía cocinar, y que por cierto le quedaba muy rica, era el pollo frito. Un día, se vistió de traje blanco, tomó la receta del pollo y el recipiente de condimentos y comenzó a visitar a los dueños de restaurantes. El negocio de franquicia que comenzó se llamó Kentucky Fried Chicken (KFC). En el año 1976, fue elegido el segundo hombre de negocio multinacional más respetado del mundo. Hasta los 90 años de su vida se dedicó a viajar promoviendo el reino del KFC.

Él recordaba que cuando era joven tenía mucha soberbia. Pero cuando llegó la crisis económica a Estados Unidos, su negocio decayó en gran manera. El restaurante que tenía se redujo a cenizas y cayó en profundo desánimo. Cuando perdió a su hijo, que era su única esperanza, y su esposa lo dejó, él padeció de un desorden mental. Un día, siendo ya un hombre viejo y pobre, escuchó a una mujer cantando y alabando a Dios en el templo de una Iglesia: “En tus afanes y en tu dolor. Dios cuidará de ti. Vive amparado en Su inmenso amor. Dios cuidará de ti”.

Escuchó el himno y derramó lágrimas de arrepentimiento. Se volvió de su vida altiva del pasado y decidió vivir en humildad. Tomó el recipiente de condimento y se levantó nuevamente. Este hecho marcó un nuevo inicio en su vida a los 65 años. Cuando se humilló, Dios lo comenzó a levantar y poner en alto.

Tomado del libro Tiempo Con Dios
Autor: Lee Dong-Won

domingo, 20 de marzo de 2011

El Leñador

"En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente." Desconocido

El Leñador

Un leñador fue a buscar trabajo en una finca de árboles madereros. La paga era buena, y las condiciones de trabajo excelentes, así que el leñador fue decidido a dar el cien por ciento para impresionar al patrono.

El primer día el capataz le entregó un hacha, asignándole una zona espesa de árboles. El hombre salió entusiasmado y cortó dieciocho árboles en un tiempo record. El capataz lo felicitó, invitándolo a continuar esforzándose. Muy contento, el leñador se fue bien temprano a la cama, decidido a que el día siguiente mejoraría su propio desempeño. Bien de madrugada, estaba ya trabajando arduamente en el bosque. Sin embargo, no consiguió cortar más que quince árboles.

“Que raro, debo haberme haber cansado”, pensó, y decidió acostarse apenas anocheció. Al amanecer, salió decidido a batir su marca de dieciocho árboles.

Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Y al otro día fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo luchando toda la tarde hasta lograr apenas tumbar un segundo árbol.

Muy mortificado, pensando en lo que su capataz le diría, el leñador le contó lo que le estaba pasando, y le prometió que él se esforzaba hasta el agotamiento.

Fue entonces cuando el capataz le preguntó: “Y tu hacha, ¿cuando la afilaste la última vez?”
“¿Afilarla? ¡Ni siquiera pensé en eso, no perdí tiempo en afilarla, estaba demasiado ocupado cortando árboles!”

¡Muchas veces nos ocupamos de lo que consideramos urgente, quitándole tiempo a lo realmente importante!

Hoy la pregunta que quiero hacerte es ¿Qué es aquello tan urgente que estás haciendo que te impide concentrarte en lo realmente importante? Si tu vida fuera como un hacha ¿Hace cuanto que no la afilas? ¿Tienes claro cuál es tu bosque? ¿Cuál es el deseo profundo de tu corazón? ¿Qué estás haciendo para lograrlo?

Cuando tenemos claro ese sueño que nos mueve, lo “afilamos” a diario, y llegamos a visualizarlo sin que exista, pues es una realidad en nuestro corazón.

Un sueño trae esperanza, con la esperanza viene la fe, y la fe es aquella sustancia que te genera paz en el corazón, tranquilidad en el alma y un deseo intenso de ponerte en acción, pues tienes la convicción y la certeza de logarlo.

Quiero invitarte a que desde hoy seas como un leñador persistente, que afila su hacha a diario, pues tienes un gran y único bosque dentro de ti listo para ser cortado.

domingo, 13 de marzo de 2011

Bobby el Tira Palos

"La mente del hombre es como el agua, si la aquietas volverá a aclararse" Proverbio Tibetano

Bobby el Tira Palos

Las personas tienen sólo dos alternativas cuando se trata de sus emociones: las controlan o estas les controlan.

Esto no significa que para ser un buen jugador de equipo tiene que ignorar sus sentimientos. Pero sí quiere decir que no va a permitir que sus sentimientos le impidan hacer lo que debe hacer o cosas que no debería hacer.

Un ejemplo clásico de lo que puede ocurrir cuando una persona no disciplina sus emociones puede verse en la vida de la leyenda del golf, Bobby Jones.

Como hoy día Tiger Woods, Jones fue un prodigio jugando golf. Empezó a jugar en 1907 a los cinco años de edad. Cuando tenía doce, marcó “bajo par”, algo que la mayoría de los golfistas no logran durante toda una vida jugando. A los catorce, calificó para el equipo amateur de los Estados Unidos.

Pero Jones no ganó esa competencia. Su problema se puede describir mejor con el sobrenombre que le pusieron:   Bobby  el “tira palos”.  A menudo, Jones perdía la compostura y con ella, su habilidad de jugar bien.

Un golfista más viejo a quien Jones llamaba abuelo Bart le dijo un día: “No podrás ganar mientras no controles tu temperamento”.

Jones escuchó el consejo y empezó a trabajar para controlar sus emociones.

A los veintiún años, Jones floreció y se convirtió en uno de los más grandes golfistas de la historia, retirándose a los veintiocho años después de haber ganado el Grand Slam del Golf.

Este comentario del abuelo Bart resume la situación: «Bobby tenía catorce cuando logró controlar el deporte del golf, pero tenía veintiún años cuando logró controlarse a sí mismo».

Tomado de: Maxwell, J. C.  Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo